¿Qué puedo hacer para que el consumidor me recuerde? Parte I

Siempre he tenido una cierta predilección por las letras. Pero fue durante el último año de carrera cuando me enamoré de ellas, de las letras y de las historias.

Durante mi último año de carrera me crucé con un profesor que me hizo amar la escritura y la política como nunca antes lo había hecho. Nos daba una asignatura introductoria a las ciencias políticas y era tal su pasión, que era imposible no enamorarte de todas sus clases. Me bastaron unas cuentas clases con él para saber que quería que tutorizara mi proyecto de final de grado.

Empezamos a reunirnos los viernes por la tarde para charlar y asentar las bases del proyecto. En cada quedada, eran infinitas las ideas que nos venían a la mente, pero ninguna con suficiente peso como para poderla convertir en un proyecto. Teníamos claro que la política y la escritura tenían que ser los pilares en los que fundamentar el proyecto. Fue entonces, cuando me propuso la idea de analizar las historias que los políticos más influyentes del siglo XX habían contado al mundo. Pero, ¿de dónde íbamos a sacar esas historias? De sus autobiografías. Una fuente inagotable de difusión propagandística plasmada en forma de innumerables relatos personales. Fue ahí, en ese momento, cuando descubrí el poder del Storytelling.

¿Que qué significa Storytelling? Pues el Storytelling es el «arte de contar historias«, sisi, como oís, no consiste en otra cosa que utilizar las historias como hilo conductor de una idea concreta.

Las historias han existido desde siempre. Desde que el Homo Sapiens empezó a hacer dibujos en las cuevas. Utilizamos las historias para todo; cuando sentados con unas cervecitas en una terraza a pie de playa, rememoramos aquel verano del 98 o cuando nuestros abuelos nos cuentan, cada vez que vamos a verlos, como se conocieron o incluso cuando la vecina del 5º te explica cómo hacer ese pastel de chocolate que tantos “mañana empiezo la dieta” ha provocado. Vivimos rodeados de historias. Conocemos el poder de las historias. Nos pueden hacer llorar o reír, pero lo que está claro, es que nos producen una reacción. Las historias son poderosas y son importantes por la facilidad que tenemos para recordarlas y memorizarlas.

La publicidad y el marketing, no han pasado impasivos ante ello, ante el poder del Storytelling. Sabemos lo importante que es conectar con el consumidor y crearle una necesidad y una de las formas más poderosas de conectar con nuestro cliente es vinculándonos a él emocionalmente, convertirnos en alguien cercano a él, a su entorno. Generarle confianza, cercanía. Hasta que caiga en nuestra red y nos declare lealtad para toda la vida. Y te preguntarás, ¿pero cómo puedo hacerlo? Es aquí donde entra en juego el Storytelling.

Esta técnica de marketing, que se encuentra en auge ante el florecer del content marketing, surgió en Estados Unidos en los años 90 y derivó en una forma de hacer marketing destinada a transformar los mensajes publicitarios en historias reconocibles por el consumidor, capaces de ser recordadas y transmitidas con facilidad y que les permitiera sentirse identificados con la marca.

Sus virtudes son diversas:

•  Facilidad con la que las historias son interiorizadas, memorizadas y recordadas.
•  Las historias tienen un enorme poder para hacer reaccionar a los consumidores.
• Recuerdan vivencias propias de los consumidores por lo que crean fuertes vínculos empáticos y emocionales.
• Generan numerosos estímulos emocionales y ya sabemos que las emociones, en la mayoría de los casos, son el motor que impulsa a actuar a los consumidores.

Esto es la teoría, pero, te preguntarás, ¿cómo puedo llevarla a la práctica?

¡Hasta aquí puedo leer! ¡Te espero la semana que viene!